El fracaso de la estrategia digital de Peña Nieto

martes, 8 de mayo de 2012

La estrategia digital del PRI y su candidato no solo es una farsa sino además es un fracaso.


Era algo que todos sabíamos pero que nadie había documentado: el PRI “organiza” a personas para publicar en Twitter mensajes a favor de su candidato Peña Nieto.

En el video difundido hoy no se comprueba que esa organización sea en base al dinero. Ninguna referencia al tema. Pero todos conocemos las prácticas del PRI: regalos, despensas, tarjetas de vales, etc.

Y aunque el asunto central no es si la campaña de Peña Nieto paga o no a personas para tuitear a su favor (supongo que está en su derecho de invertir sus recursos de campaña en lo que mejor les parezca), sí es de destacar la pobreza estratégica de sus asesores, sumada a la de crear cuentas falsas que replican los mensajes positivos a favor de su candidato y negativos de los adversario, los llamados bots.

De sobran están difundidas y analizadas las prácticas mediáticas del PRI para construir la candidatura de Peña Nieto. No es mi interés repetirlas, pero sí decir que éstas se suman a los intentos por llevarlas a cabo, tal cual, a las redes sociales, terreno que, se ve, desconocen por completo.

Las acciones de campaña se miden por resultados. 
Según lo que se ve en el video, los priístas se organizan horas antes del debate para defender a su canditato en Twitter, se habla de “tuitear todos al mismo tiempo” para levantar o tirar trending topics.

Durante las dos horas que duró el debate, de acuerdo a la herramienta Monitoreo Electoral en México (análisis en tiempo real de las opiniones políticas en redes sociales), el priísta fue quien recibió la mayoría de menciones negativas, muy por encima de sus adversarios. Hubo momentos en los que AMLO compitió por ese puesto, pero en el balance el más afectado fue EPN.

Si el objetivo de los priístas organizados era defender a su candidato es claro que fracasaron.

Esta herramienta hace un seguimiento minuto a minuto de las menciones positivas y negativas a las cuentas de los tres principales candidatos. Para obtener un “índice de sentimiento”, resta las menciones negativas a las positivas. De acuerdo con su metodología filtra a los bots, eliminando a aquellos mensajes que provienen de cuentas falsas, las cuales detecta analizando el número de seguidores, tiempo de creación de la cuenta o si repite constantemente un mismo mensaje en un lapso corto de tiempo.

He seguido esta herramienta por casi dos meses y en mi opinión genera resultados muy certeros sobre la “popularidad” de las cuentas de los candidatos (no analiza las menciones a los candidatos por su nombre o iniciales)

Además del “índice de sentimiento”, esta herramienta ofrece otros datos como los tuits, links y usuarios más activos del día, en tiempo real, y un balance diario de los tuits más difundidos y los temas más mencionados asociados con los candidatos.

La siguiente gráfica es una parte de las dos horas de debate y el “índice de sentimiento” sobre los candidatos durante ese lapso de tiempo, en la cual se comprueba que la organización de tuiteros priístas no funcionó y me hace preguntarme cómo estaría la imagen de Peña Nieto en redes si no contara con sus tuiteros.

Azul: JVM
Amarillo: AMLO
Rojo: EPN



Igualmente, en el balance diario, EPN aparece muy por debajo de sus adversarios el día del debate y supera su peor día de la semana.



En resumen, más allá de si son éticas las prácticas del PRI lo que sí es claro es su ineficacia. En este terreno  han fracasado. Crear bots e inflar temas no les ha funcionado para mejorar la imagen de EPN en una de las redes sociales más influyentes como es Twitter.

Aunque como dice mi amigo @aleksweb: “Lo peor no es sólo que los partidos recurran a estas prácticas de acarreados, sino que los medios "compren" esos indicadores de popularidad”.

Quienes están detrás de esa estrategia le están tomando el pelo a su candidato.

El espejismo de los números en las campañas electorales… ¿2.0?

lunes, 9 de enero de 2012

La fiebre de las campañas federales de 2012 ha comenzado con mayor fuerza con el inicio del año.

La moda es examinar a los precandidatos en internet: cuántos fans, cuántos followers. Pero los números nublan la vista y nos llevan a análisis erróneos. Como errónea es la visión de querer ser “los primeros internet”: los que más tuitean, los que más fans tienen, los que más seguidores consiguen.

“Ganar en internet” no significa arrasar con los seguidores, ni tener más afiliados en nuestra fan page.

El análisis cuantitativo de las campañas en internet a mi parecer distraen de lo importante: una verdadera campaña electoral 2.0, que interactúe, que comunique (en dos vías), que haga política en la red.

Hacer una buena campaña 2.0 es activar offline a los partidarios y convencer a los indecisos comunicándose de manera bidireccional con ellos a través de las nuevas herramientas; abrir espacios de participación en la red para crear una agenda ciudadana que incluya a los no incluidos; espacios que le den poder al ciudadano para participar en la política; proponer una agenda de política pública digital y de TIC´s en materia de transparencia, e-gobierno, educación…

Porque la comunicación en redes sociales es, debe ser, esencia, contenido, “carnita”, interacción, comunicación política. Y nada de eso está reflejado en ninguno de esos “informes” (conteos, deberían llamarse).

Ni siquiera dan una idea del “pulso” de lo que está pasando en internet con los precandidatos presidenciales. A diferencia de las encuestas, al no ser representativos los usuarios de internet de la sociedad en general, el conteo de “cómo van los precandidatos en internet” no tiene ningún valor.

Los “observatorios” e “informes” sobre los precandidatos en internet son una tomadura de pelo.

Ni los fans ni los followers son votos.

Y lo más grave es que los equipos de campaña los están tomando en serio y se van a equivocar. Un mal análisis lleva a un mal planteamiento de los objetivos y, por ende, a una mala ejecución que da como resultado el fracaso.

Hace 3 años hablamos de por qué los partidos políticos fracasaron en sus campañas en internet.

Parece que a una elección de distancia se han aprendido pocas cosas del pasado y parece que en esta ocasión mucho tendrá que ver con los análisis cuantitativos, el espejismo de los números. Hay decenas de ejemplos de candidatos que “ganaron” en internet pero perdieron la elección.

No hay que perder el foco.